miércoles, 21 de abril de 2010

“Si volviese a nacer, sería jugador de fútbol”

Juan Eduardo Loscalzo, el notable goleador balcarceño, le puso punto final a su gran carrera deportiva como jugador, luego de 20 años de acción ininterrumpida. Cosechó una decena de títulos, en diferentes lugares del país, y muchos galardones, entre ellos, varios “Fangio” de plata y uno de oro (en 2002), integrando el plantel campeón de Rácing Club.


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Cuando una tarde de 1990 Juan Eduardo Loscalzo salió a jugar por primera vez en la máxima categoría del fútbol balcarceño, seguramente nunca pensó que estaba poniéndole el punto de partida a una notable carrera deportiva. Aquella jornada, el entrenador racinguista Alfredo Cejas decidió darle la titularidad, en el cotejo que Rácing Club debía disputar ante Deportivo Mitre, en el estadio "General Balcarce", a un joven jugador que venía destacándose por sus dotes goleadoras en las divisiones inferiores.
Y el joven respondió. En el transcurso del complemento Loscalzo, con un certero golpe de cabeza, derrotó a Raúl Lana, anotando uno de los tantos, con los cuales la "Academia" se impuso por 4 a 1.
De allí en más, "Juane" (como se lo llama más comúnmente) comenzó a tutearse muy asiduamente con las redes rivales. Esa efectividad le fue permitiendo edificar una envidiable carrera, al cabo de la cual se dio el gusto de celebrar goles con innumerable cantidad de camisetas. Festejando títulos no sólo en nuestro medio, sino también en ciudades vecinas, y en otros lugares de nuestro país, por caso: San Juan o San Luis. Hasta llegó a jugar en Chile y Colombia. Una prueba de ello es la importante cantidad de premios y galardones que posee y que muestra con orgulloso, mientras se presta a la sesión de fotos.
Dueño de una notable capacidad para definir en el área rival, se caracterizó por su inteligencia para jugar, la sensibilidad de su pie zurdo y la frialdad para afrontar las instancias definitorias de un partido. Su nombre indefectiblemente está asociado al gol y por eso se ganó un merecido reconocimiento cuando decidió colgar definitivamente los botines.
En un extenso diálogo con LA VANGUARDIA, Loscalzo (nacido el 14 de octubre de 1974) hizo un repaso de su trayectoria de 20 años de fútbol. La que se cerró en la tarde del 28 de marzo de este año, en el partido jugado en Necochea, entre Rácing y Villa del Parque, por el Argentino "C".

BALANCE
-¿Qué balance hacés de tu carrera deportiva?
-El balance es ampliamente positivo. En estos 20 años de carrera tuve la suerte de ganar muchas cosas y de marcar muchos goles. También pude conocer ciudades y países. Pero lo más importante es que hice una gran cantidad de amigos y me retiro recibiendo el cariño de mucha gente.
-¿Cómo fueron esos inicios?
-En mi casa el fútbol siempre ocupó un lugar preponderante. Desde chiquito ya dormía con una pelota bajo el brazo. Arranqué en un equipo de infantiles, que se llamaba Soda-Bal y que dirigía un señor de apellido Labiste. De ahí pasé a Rácing, donde mi abuelo era el presidente, y además porque era un club que siempre trabajó bien con los chicos.
-¿Qué significó Rácing en tu vida?
-Futbolísticamente, Rácing fue todo. Ahí me inicié y ahí me retiré. Me ayudó mucho a formarme como persona. Fui creciendo dentro del club y por eso le estoy eternamente agradecido. No tengas dudas, que Rácing ocupa un lugar muy importante en mi vida y en mi corazón.

UNA CUENTA PENDIENTE
-¿Te quedó alguna cuenta pendiente?
-Estoy muy conforme con mi carrera y creo que si volviera a tener 15 años repetiría mi historia. Puedo decir que soy un afortunado, porque siempre pude hacer lo que quise, sin que nadie me obligara a nada.
-¿Nunca se dio la chance de ir a algún equipo de Capital Federal?
-Mucha gente me dijo que, con mis condiciones, podría haber jugado allí. Quizás si me hubiese animado a dar ese paso, mi carrera pudo haber tenido otro destino. Pero, la verdad, es que siempre me costó mucho despegarme de mi familia. No hubiera podido estar mucho tiempo alejado de ella. Me acuerdo que una vez me habían conseguido una prueba en Estudiantes de La Plata, y esa noche me la pasé toda la noche llorando y finalmente no fui.
-¿Y la anécdota de Uruguay?
-Cómo sabías eso!!!... Era un equipo que había armado Modesto Giménez para ir a jugar un torneo a Uruguay. Cuando llegué me largué a llorar, porque extrañaba mucho. Mi viejo tuvo que viajar para estar conmigo.
-¿Y después?
-Y después ya se hizo un poco más complicado. Entrar a un equipo de Buenos Aires no es tan sencillo cuando tenés 20 o 21 años. De todas maneras cuando estuve en San Juan, pude alternar en el plantel que jugaba el Nacional "B". Y hasta tuve la posibilidad de jugar en Chile y Colombia. Pero no me arrepiento de nada, porque siempre hice lo que sentí.

TECNICOS Y GOLES
-¿Qué técnicos te marcaron en tu carrera?
-Hubo varios. El primero fue Javier Vallina, que me dio una enorme confianza en inferiores. Fue muy importante para mí y luego tuve la alegría de volver a tenerlo en primera. También aprendí mucho del "Negro" Edelberto Artero, que me llevó a hacer la pretemporada con Aldosivi, con grandes jugadores, como Perissé, Solaberrieta, Giustozzi o Molteni. Era un gran motivador. No quiero olvidarme de Víctor Riggio, a quien tuve en San Juan, y que era un obsesivo de la táctica. Y por supuesto, no puedo dejar de mencionar a mi viejo, porque si no me mata (risas). En serio, sabe mucho de fútbol y lo sabe trasmitir muy bien. Sabe cómo llegarle al jugador.
-¿Y esta última experiencia con Mauro Cambre?
-Con Mauro tenemos una gran amistad. Yo casi había decidido dejar de jugar, pero me convenció para hacer este último esfuerzo y participar en el Argentino "C". Me dijo que debía retirarme de la mejor manera y la verdad es que le estoy muy agradecido por esa confianza. Además, demostró que tiene mucha capacidad para dirigir, y es muy inteligente para analizar el fútbol. Deseo de corazón que le vaya muy bien en el futuro.
-¿Cuál considerás que fue tu gol más importante?
-Afortunadamente tuve la chance de hacer muchos goles y con muchas camisetas. Todos fueron importantes en su momento. Pero hubo uno que recordaré siempre. Fue el que le hice a Unión-Alas desde la mitad de la cancha, en el año 2000, y que sirvió para que Rácing volviera a salir campeón, después de 47 años.
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Fuente: "Diario la Vanguardia"
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